Una imagen de perfil familiar y un nombre aparecieron en el grupo de chat.
Se desplazó hacia arriba y vio la frase de El Pianista de que esta era —la hermanita de Ji Silin—. Se detuvo.
Medio compás después, estalló en risas y continuó desplazándose hacia abajo.
Luego se dio cuenta de que el último mensaje que el pequeño había enviado era un mensaje de saludo de hace cinco minutos. Ahí yacía, soso, sin respuesta.
Sus ojos se oscurecieron.
Todo el grupo era obstinado y prepotente. Como magnates en cada uno de sus campos, era comprensible que fueran tan arrogantes.
¿Pero cómo podía permitir que su pequeño sufriera alguna afrenta?
…
Después de un total de cinco minutos, todavía no había respuesta en el grupo.
Zhou Zhou estaba ordenando sus pensamientos internos y quería pedirle a Xue Xi que abandonara el grupo sin herir su orgullo. Pero antes de que pudiera hablar, sus mensajes privados estaban en un alboroto de nuevo:
—¿Cuál es la situación? ¿Cuál es exactamente su trasfondo?
