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Después de decir eso, acercó el pastel de selva negra a los labios de Xue Xi.
—... —Xue Xi miró sus dedos por un rato. ¿Acaso esta persona acaba de entrar a la casa y no se ha lavado las manos aún? No sé cuántas bacterias puedo contraer de eso.
Estos pensamientos cruzaron por su mente. Estaba a punto de preguntar y justo había abierto la boca cuando el pastel fue metido en ella.
El sabor dulce entró en su boca. De hecho, no estaba mal. Justo cuando estaba a punto de dar otro mordisco, Xiang Huai llevó el pastel a su boca y tomó un bocado.
Xue Xi se quedó atónita y no pudo evitar preguntar:
—¿Qué estás haciendo?
¡Ese es mi pastel!
Xiang Huai curvó sus labios y entrecerró los ojos:
—¿Por qué? ¿Ya has recibido un beso y aún te da vergüenza un beso indirecto?
Xue Xi: "???"
Ella lo miró sin entender. ¡¿Qué demonios?!
Los ojos de Ji Silin se oscurecieron cuando oyó hablar de este beso. Una expresión complicada cruzó por su mirada mientras ajustaba sus anteojos.