Un retumbar sordo y profundo sacudió el suelo del Santuario de los Guardianes, provocando que cada piedra milenaria temblara en su sitio y haciendo eco en los pasillos ancestrales con un estruendo ensordecedor. Aelar y Lyra, sorprendidos por la repentina conmoción, se vieron obligados a aferrarse a las paredes antiguas para mantener su equilibrio.
Con un estruendo ensordecedor, una figura imponente surgió de las sombras más profundas del santuario, su presencia envuelta en un aura de poder indescriptible que llenaba cada rincón con una sensación abrumadora de majestuosidad y peligro inminente. Era un dragón rojo de proporciones magníficas, con escamas resplandecientes que reflejaban la luz de las antorchas y ojos centelleantes llenos de sabiduría antigua.Aelar y Lyra se encontraron paralizados por el asombro, sus corazones latiendo con una mezcla de temor y admiración ante la magnificencia de la criatura alada. A pesar de haber oído hablar de criaturas como él en las leyendas y los cuentos de la infancia, nunca habían imaginado que se encontrarían cara a cara con uno en la vida real.El dragón, con una presencia que eclipsaba todo lo demás en la habitación, los observaba con ojos penetrantes que parecían leer sus almas con una claridad sobrenatural. Aelar y Lyra, sintiendo la mirada intensa del dragón sobre ellos, se mantuvieron firmes, aunque el temblor de la emoción los sacudía hasta lo más profundo de su ser.Pero en lugar de lanzarse a la batalla con ferocidad, el dragón habló con una voz profunda y resonante que retumbaba en los huesos de los elfos."Elfos", dijo el dragón, su voz reverberando en el aire con la autoridad de un trueno distante, "habéis demostrado valor y sabiduría al enfrentar los desafíos de este santuario. Pero vuestro poder aún es incipiente, y vuestra magia apenas ha comenzado a florecer".Las palabras del dragón resonaron en el silencio del santuario, dejando a Aelar y Lyra con una mezcla de asombro y curiosidad. ¿Qué significaba este encuentro con una criatura de tal magnitud? ¿Y qué papel jugarían en el gran esquema del destino?El dragón, con una calma que contrastaba con su impresionante presencia, continuó hablando, ofreciendo una alianza que podría cambiar el curso de sus vidas para siempre."Yo, Rotharion, Señor de los Cielos y Guardián del Conocimiento Ancestral, os ofrezco una oportunidad única", declaró el dragón con solemnidad. "Uníos a mí como aprendices y os guiaré en el camino hacia el dominio de la magia y el conocimiento más allá de vuestra imaginación".Aelar y Lyra intercambiaron una mirada llena de sorpresa y determinación, sintiendo el llamado del destino en las palabras del dragón. Sabían que esta era una oportunidad que no podían dejar pasar, una oportunidad de aprender de una de las criaturas más poderosas y sabias del mundo.Con un gesto de aceptación, se postraron ante Rotharion, aceptando su oferta y dispuestos a embarcarse en una aventura que los llevaría más allá de los límites de su comprensión. Y así, mientras el sol se ponía sobre el Santuario de los Guardianes, Aelar y Lyra comenzaron su viaje junto al dragón, listos para enfrentar los desafíos y las maravillas que les aguardaban en el camino hacia la grandeza.