Con la breve charla que tuvo con Daredevil Peter se sintió un poco mejor, había logrado desahogarse al menos lo suficiente para que el dolor en su pecho se aliviara un poco.
El dolor el su cuerpo ya se había aliviado lo suficiente, finalmente pudo ponerse de pie sin requerir de mucho esfuerzo. Peter buscó dentro de una caja un traje de Spider-Man de emergencia que había dejado hace algún tiempo y que hasta ahora no tuvo necesidad de usarlo.
Después de cambiarse la ropa Peter se miró en un espejo, mirando su rostro magullado y las cicatrices en su rostro se puso a pensar en cómo debía ocultarlo. Gracias a la velocidad de su organismo tras la mutación resultante de la mordedura de una araña sabía que su recuperación sería rápida, la hinchazón era lo único que le preocupaba para tratar de pasar desapercibido.
Tomando la decisión de esperar hasta que la inflamación en su rostro bajara hasta volver a la normalidad, se quedó descansando en la vieja bodega acostado sobre la cama improvisada en la que había estado. La acción de Peter sería sencilla, una vez que su condición mejorara usaría un maquillaje para disfrazar sus heridas en el rostro, de esa manera podría volver a la normalidad sin que nadie le hiciera preguntas sobre las cicatrices.
Peter también consideró seriamente el consejo de Daredevil pero dejar de ser Spider-Man estaba fuera de esa consideración, Peter creía seriamente que sin la ayuda de Spider-Man la ciudad estaría en completo caos. Entonces solo quedaba su vida personal como Peter Parker, esta vida común y monótona era un peso considerable para Peter, pero aún con tantas desventajas no estaba dispuesto simplemente a abandonarla.
Peter quería tenerlo todo, quería vivir como Spider-Man y como Peter Parker sin cargar con ninguno de los conflictos que cada vida conllevaba, ingenuamente creía que podría volver a encontrar un equilibrio entre esas dos vidas. Ni siquiera se puso a pensar en primer lugar la razón por la que logró tener un aparente equilibrio entre esas dos vidas, el cual se había logrado sacrificando la felicidad de Gwen.
Claramente la única que se preocupaba por la relación era Gwen Stacy, ella era quien llevaba el peso de todas las consecuencias de las acciones de Peter como Spider-Man, era ella quien tenía que soportar promesas sin cumplir, abandonos en medio de las citas e incluso mentiras recurrentes.
Antes apenas y pudo mantenerse ligeramente despreocupado aprovechandose de la buena voluntad y el amor de Gwen. Peter en estos momentos parecía no notarlo, pero si otros supieran acerca de sus pensamientos se darían cuenta de que estaba siendo demasiado egoísta.
Él ya sentía que el amor incondicional que Gwen le tenía, aquel que la hacía perdonar todas sus faltas y que cargaba sola con sus preocupaciones en su relación, continuaría de manera indefinida porque eso era natural tan normal como respirar. En su mente creía que como Gwen ya había perdonado varios de sus descuidos en su relación, entonces unos varios descuidos más no deberían hacer daño.
Y sin cuestionarse más acerca de las posibles consecuencias que tendría esta confianza ciega continuó reflexionando acerca de lo que consideraba como el verdadero problema, el cual era el tener que pensar en una manera para lograr tomarse aquella pausa en su agitada vida.
Después de unas horas la hinchazón en su cara se alivió considerablemente. Pero al ser muy tarde Peter decidió quedarse a pasar la noche en la vieja bodega abandonada, tenía confianza en que el lugar estaba lo suficientemente oculto para estar seguro de dormir tranquilamente.
A la mañana siguiente Peter tomó su teléfono y vio varias llamadas de un número desconocido y también de la tía May. Por las varias llamadas Peter podría estar seguro de que su tía estaba muy preocupada por él tras enterarse de su salida del festival en el parque central.
Peter no perdió más el tiempo y se levantó de la cama. Tomando un maquillaje especial que guardaba en uno de sus bolsillo dentro del traje, se dirigió hacia un espejo y comenzó a cubrir todas sus heridas en el rostro.
Este maquillaje estaba especialmente preparado para cuando por ciertos descuidos saliera herido, lo cierto es que esta no era la primera vez que Peter cubría sus heridas, pero antes las heridas más graves habían sido pequeños cortes o leves moretones que ocurrían por descuidos propios como por ejemplo cortes con navajas y golpes con tubos de metal hechos por ladrones sin importancia.
Las actuales heridas de Peter estaban por mucho lejos de los que pudiera haber recibido por la gente común con la que se había acostumbrado a lidiar. Los golpes de Green Goblin eran casi del mismo nivel de fuerza que Spider-Man en esta etapa de su vida, por lo que no era una sorpresa que la paliza recibida fuera tan severa, lo suficientemente fuerte como para dejar hematomas y heridas abiertas en varias partes de su cuerpo, y la peor parte lo había recibido su rostro ya que fue en este punto que el Duende golpeó sin ninguna piedad una y otra vez.
Peter salió de Hell's Kitchen de manera muy sigilosa para evitar llamar la atención, después de todo este lugar no era uno que frecuentara con regularidad por lo que para otros sería una cara nueva y llamaría mucho la atención.
Mientras Peter caminaba se dio cuenta de que todos parecían volver a la normalidad después de todo lo ocurrido el día anterior, las calles de la ciudad eran bulliciosas. Ignorando los tramos cerrados en la calle por la destrucción causada por Green Goblin lo cierto es que no parecía haber ninguna diferencia con los días regulares.
Peter pensó que vería a más personas aún con cierto pánico o temor al exterior, pero resulta que sus pensamientos eran demasiado pequeños. Al final de cuentas tenían que volver a sus vidas normales lo quieran o no, después de todo el país es extremadamente competitivo en cuanto a trabajo se refiere, no hay lugar para ciudadanos ociosos, aunque el cielo se caíga se debe continuar con lo que se tiene que hacer. Así es la ocupada vida de la ciudad después de todo.
Todavía pensando en iniciar con su mudanza Peter aprovechó que estaba caminando cerca de un edificio de apartamentos en renta y pasó para hablar con el dueño del lugar. El dueño de los apartamentos era un hombre de mediana edad con algunas canas en su cabeza, aparentemente por su acento parecía ser de origen ruso. Cuando se conocieron pidió a Peter que solo lo llamara señor Ditkovich.
Peter no pudo evitar pensar que tal vez tenía alguna extraña conexión con personas de origen ruso ya que en los últimos días se había logrado encontrar con varios.
Este era solo un pensamiento y Peter no sobrepenso tanto, al visitar al dueño fue recibido amablemente e invitado a pasar a su sala para hablar de negocios. La hija del dueño era una joven simpática, sirvió para ambos dos tazas de café y algunas galletas recién horneadas. Por lo que Peter pudo escuchar supo que la joven llevaba por nombre Ursula, y por lo que observó parecía ser muy hábil en el horneado de galletas.
Peter probó una galleta y pudo sentir el delicioso sabor de la galleta y el chocolate que lo rellenaba. El señor Ditkovich era una hombre muy atento por lo que pudo darse cuenta del cambio de expresión de Peter al probar las galletas de su hija, mostró una sonrisa orgullosa. —Delicioso, ¿no lo crees?.
Peter solo pudo responder devolviendo la sonrisa. Posteriormente dijo. —Me atrevería a decir que son las mejores galletas que he probado en mi vida.
—Claro que lo son. -dijo el señor Ditkovich para nada modesto. —Ursula es la mejor cocinera que hay en este país, desde muy joven a participado en varios concursos de cocina y repostería, sin lugar a dudas es la número uno.
—¡Papá!. -Llamó Ursula sintiéndose algo avergonzada por su padre quien presumía de ella. —Solo recuerda que pude quedar en primer lugar siempre que él no participaba. -Dijo en una voz baja aún más avergonzada.
El señor Ditkovich resopló. —Hmph. Solo es un niño rico, estoy seguro de que sobornó a los jueces para obtener un poco de fama.
—¡Papá! Ya te he dicho que no es así. Su arte está muy por encima de mí, ya he probado la mayoría de sus postres, y realmente tengo que aceptar que aún me falta mucho por mejorar.
Peter se quedó un poco confuso por las palabras del duo de padre e hija, no estaba familiarizado con el ámbito de la cocina y repostería por lo que desconocía por completo acerca de los concursos que se habían llevado a cabo en el país, igualmente no tenía idea de los ganadores, sus influencias y prestigio. A Peter le gustaba la buena comida y los postres, pero no por eso se sumergiría dentro de ese mundo, en lo que respecta al tema Peter era muy ignorante.
Por lo que Peter pudo entender era que esa persona había participando en muchos concursos en los que Ursula también había participado, y en todas esas ocasiones sin excepción alguna esa persona se posicionó en el primer lugar desplazando así a Ursula hacia el segundo lugar.
El señor Ditkovich apoyando a su hija creía que era injusto, por lo que sabía de esa persona al parecer tenía dinero e influencias en la alta sociedad por lo que no sería extraño que todo esos concursos fueran una total farsa en la que los jueces ya habían sido comprados, realizado simplemente para llenar el gran ego de un joven rico.
Pero Ursula no estaba de acuerdo con las palabras de su padre, casi de inmediato había refutado diciendo que ya había probado los postres que esa persona había elaborado. El primer, segundo y tercer lugar normalmente siempre han preparado tres porciones de sus postres, una es para compartir con los jueces del jurado y las dos porciones restantes eran para repartir con sus compañeros finalistas.
Esa era una acción extraoficial casi como una tradición o acuerdo tácito entre finalistas para que los compañeros no tengan dudas de la imparcialidad de los jueces en el concursos. Como profesionales ninguno rehuiría tras pruebas concretas, ni mucho menos pondrían en duda la veracidad del concurso después de demostrar su valor con acciones.
Después de un tiempo finalmente padre e hija detuvieron su debate al darse cuenta de que esto se extenderia más de la cuenta y ninguno estaría de acuerdo con el otro. Ursula genuinamente aceptaba su inferioridad con esa persona al preparar postres, pero su padre simplemente no estaba de acuerdo pensando que su hija era demasiado modesta.
Volviendo su atención una vez más a Peter el señor Ditkovich negoció el precio de renta de uno de sus apartamentos. Peter habló acerca de su situación económica y estabilidad laboral, explicó que solo trabajaba medio tiempo entregando fotos a John Jonah Jameson el editor en jefe del Daily Bugle, el medio tiempo en su trabajo se debía principalmente porque aún era un estudiante.
—Así que has continuado con tus estudios, eso está muy bien. ¿Qué estás estudiando?. -Preguntó el señor Ditkovich con algo de curiosidad.
—Bueno. Logré obtener una beca para ingresar a la univerdad Empire State, allí me decidí a estudiar ciencias en la biotecnología. -Explicó Peter.
—Muy bien. Sabes, normalmente no accedería a rentar uno de mis apartamentos a estudiantes o personas con poca estabilidad laboral. Pero sabes qué, me pareces un buen chico. -El señor Ditkovich decía mientras palmeaba el hombro de Peter. —Así que por esta ocasión aceptaré tu renta en un apartamento de acuerdo con tu presupuesto.
Peter estuvo feliz al escuchar esta noticia y agradeció al señor Ditkovich por su amabilidad.
—No tienes que agradecer chico, toma las llaves. -Dijo mientras le daba un juego de llaves. —Cualquier duda que tengas puedes venir a mí ya sabes en donde vivo.
Después de pagarle al señor Ditkovich un mes de renta, Peter se quedó a charlar un poco más. Antes de darse cuenta ya se estaba volviendo tarde por lo que finalmente se despidió para regresar a la casa de la tía Mai.
Cuando Peter se fue Ursula llegó a la sala y se sentó a un lado de su padre. —Es extraño que accedieras a rentarle un apartamento. -Dijo su hija con leve desconcierto.
El señor Ditkovich bebió de su taza de café. —Es un buen chico, algunas veces solo necesitas un poco de ayuda. -Estas palabras confundieron aún más a su hija, pero ella ya no insistió más en una repuesta simplemente dejó que su padre actuara como quisiera.
Lo que Peter no podía haber esperado era que aunque había cubierto sus heridas de manera casi perfecta, con los agudos ojos del señor Ditkovich todavía pudo notarlo, dándose cuenta de las heridas en la cara de Peter también hizo una pruebas tras la palmada en el hombro, a pesar de que Peter ocultó muy bien su reacción el señor Ditkovich todavía notó cierta anormalidad por un muy leve cambio de expresión tranquila a una de dolor físico.
El señor Ditkovich malinterpretó totalmente a Peter, pensando que tenía problemas accedió a rentar uno de sus apartamentos con la intención de ayudarlo. Esto simplemente se lo guardó para él y no se lo comentó a su hija.
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