—¿Hay algún informe medico adicional para este paciente? —pregunta la mujer con la bata blanca mientras entrega un portafolios a una enfermera sentada en la recepción.
—Para este paciente —dice la recepcionista mientras observa el portafolios —paciente: Valentine, Linda. Nueve años, genero… —se interrumpe a si misma la recepcionista para usar la computadora enfrente de ella —No. El informe solo es eso. Nada más.
La doctora recupera su portafolio, mientras un hombre alto de mediana edad se acerca a la recepción con una cara complicada que dice buscar algo importante que se le a perdido.
—¿Esto es lo que busca, doctor Cruz? —dice la recepcionista mostrando un llavero de un cohete.
—¡Si! Muchas gracias, Señorita García —dice el doctor mientras recupera su llavero —¿Sucede algo, Doctora? —pregunta guardando su llavero.
—El informe de mi paciente… Bueno, míralo tu mismo —dice la doctora entregando el portafolios al doctor.
El doctor Cruz lee de forma detallada el informe mientras mira regularmente a la doctora, la recepcionista parece expectante e intercambia miradas con la doctora de manera regular a la espera del doctor.
—Interesante —dice el doctor al terminar de leer de forma minuciosa el informe —esta vació, no hay mucha información relevante… Señorita García, ¿Podría facilitarnos el historial medico del paciente setenta y tres?.
—En seguida, Doctor.
La recepcionista se levanta y camina por el pasillo perdiéndose de vista al girar a una esquina. Los doctores intercambian miradas mientras esperan, después de unos minutos la recepcionista vuelve con una carpeta.
—Aquí tiene, Doctora Diaz —la señorita García entrega la carpeta y vuelve a sentarse para atender a una pareja.
La doctora abre la carpeta y saca una hoja de papel que mira con incredulidad, al mismo tiempo. El doctor la observa intrigado por lo que sea que la mujer de bata blanca estaba leyendo, en ese momento por la entrada principal una mujer de cabello castaño con la cara redonda y una niña de cabello negro con un rostro delgado, pero cualquier cosa era opacado por que la niña de ojos de color morado; no tenia pupilas.
—He recordado que tengo una cita con un paciente —dice el doctor antes de irse.
…
—Y eso concluye nuestra cita de hoy —dice la doctora con una sonrisa.
—¿Eso es todo? ¿No van a llevarse mi sangre ni nada más? —dice la niña, mientras señala las jeringas en los exhibidores.
La expresión en el rostro de la doctora indicaba que por su mente pasaban una infinidad de preguntas pero se las arreglas y mantener su profesionalidad bajo una sonrisa tranquila. Mientras ambas caminaban por el pasillo pasando al lado de varias enfermeras, que atendían y llevaban pacientes en sillas de ruedas.
Devuelta en la recepción, la niña pelinegra estaba sentada en una cilla de plástico mientras se comía un helado de limón. Cerca de ella, la doctora estaba con un mujer de mediana edad con el cabello de color miel, ambas estaban de espaldas.
—Dejando de lado que la condición de Linda, es cuanto menos curiosa. No tiene ningún tipo de problema, al menos que yo pueda corroborar. Señora, Valentine —dice mientas mira a la mujer.
—¿Puede ir a la escuela? ¿No tendrá ningún problema? Escuche que se enfermo mientras estaba en el centro —dice mientras le muestra un papel a la doctora.
—¿El centro? ¿Se refiere a el centro de refugiados? Las enfermedades son comunes en esos lugares, pero no parece tener ninguna repercusión al menos de momento, programare otra cita dentro de dos semanas, solo para estar seguros, pero no debería de haber ningún problema en que asista a la escuela —dice la doctora mientras tiene la mano en la barbilla —¿Usted no es la madre de Linda? —pregunta la doctora.
—No, soy su tutora legal mientras se encuentra a una familia. Trabajo en el área de psicología infantil del centro de refugiados —responde, la mujer —la situación actual de Linda es complicada, todos rechazan la adopción después de conocerla, parece que no les gustan sus ojos o algo así dicen —agrega.
…
—¿Es de algún país extranjero? —pregunto aunque ya conozca la respuesta.
Quiero decir, dudo mucho que su color de ojos sea de algún lado, teniendo en cuenta el casi nulo historial medico, no creo que sea algo que no se sabría. Si algún país tendría personas como Linda, estoy segura de que no tendríamos problemas con los "incidentes" por las noches.
—Solo se que apareció un día de la nada, sin recordar de donde es ni nada que pueda dar una pista y no a mejorado mucho desde entonces —dice la señora Valentine —pero, tampoco conozco todos los detalles de lo que paso, en ese momento aun estaba en las entrevistas de trabajo —dice mientras mira un papel en sus manos.
No parece muy alentador, para Linda todo eso… de todas formas, debería de poner fin a mi curiosidad por ahora. Mientras observo a la niña de ojos morados, no puedo evitar pensar que ya e visto esos ojos; por un momento sus ojos se encuentran con los míos, pero parece que la entrada capta su atención. Algunos enfermeros entran al hospital con un hombre ensangrentado en una camilla. Este es el numero cien este fin de semana…
Después de unas semanas desde que le paciente cien llego al hospital, pero gracias al detective Travis y a la policía se encontró al responsable en pocos días.
En cuanto a Linda la declararon desaparecida hace tres días, la investigación no a dado muchos resultados; la señora Valentine esta siguiendo la búsqueda de manera independiente con la ayuda de su familia, pero no parece que este funcionando y esta bajo mucho estrés. En unas horas me reuniré con unas personas que parecen estar buscando a Linda y creen saber donde puede estar.
Me preocupa que una niña este vagando por ahí sola, sin nadie que la cuide pero tengo un buen presentimiento.
…
—¿Dime recuerdas algo más? Cariño —pregunta mientras conduce sin apartar la mirada de la carretera.
—No, creo que no… Y creo que las pastillas para dormir no funcionan —respondí mientras observaba los automóviles pasar.
El pequeño automóvil familiar de color azul, se desliza a gran velocidad por el asfalto caliente de la autopista junto a otros autos. Mientras veía los autos pasar, varios temas de conversación y preguntas surgieron a lo largo del viaje, nada relevante ni mucho menos. Al llegar a casa, me senté en el sofa, para mira la televisión aunque no se a que se refieren todos con "Cable" no e visto nada conectado al televisor, el internet es inalámbrico por lo que no entiendo nada.
—Oye… Parpadea un poco… —dice James que acaba de entrar.
El chico es alto de cabello y ojos castaños, su rostro es fino, es delgado, pero debe de haber llegado del gimnasio por que tiene puesta su ropa deportiva azul, creo que esta intentado ponerse en forma aunque desconozco la razón exacta, adivinado podría decir que es por una chica teniendo en cuenta que en lo poco que llevo aquí… ha traído como a doce chicas diferentes. Empiezo a parpadear para molestarlo, pero no funciono, James camina hacia la cocina y lo pierdo de vista. Después de un tiempo, la señora Kelly, me llama desde la cocina para cenar que es como la de las películas, solo que la mesa esta en esa habitación.
No hubo ningún acontecimiento relevante, a menos nada que llame mi atención, pasaban cosas en las noticias, pero no me dejaban verlas. Esa semana paso en un abrir y cerrar de ojos, por la mañana del lunes después de despertarme; y asearme en el baño, James entra a mi habitación para decirme que baje a desayunar. Sin ningún contratiempo, James me lleva a la escuela en su auto rojo. Durante una parte del día, estuve dentro de un salón de clases; el señor Valentine me llevo de vuelta a casa. Es un Hombre de mediana edad, se parece a James pero con barba frondosa y canas muchas canas, esta vestido con un traje de oficinista. Al llegar a casa subo las escaleras a dormir un poco antes de la cena, las clases fueron muy aburridas.
—Linda ¿Estas despierta? —escucho la voz de James —Voy a entra —abre la puerta mientras yo me siento en la cama.
—¿Pasa algo? —digo mientras froto mis ojos.
James camina desde la puerta hasta mi cama pasando enfrente del televisor, no es que sea muy grande y tampoco es como que tenga muchas cosas, así que el tamaño esta bien supongo.
—Toma, no te lo pude dar en tu cumpleaños por todo el trabajo de la mudanza y luego se me olvido; lo siento —dice mientras me entrega el regalo —¿Qué color quieres para las paredes? —pregunta mientras mira las paredes blancas. esta era la habitación de invitados, pero la convirtieron en mi habitación cuando me mude.
Las cosas nuevas son el escritorio cerca de la puerta, la televisión, y el armario grande de madera, todos los demás muebles ya estaban. Dejando eso de lado, el regalo es una chaqueta gris con una cremallera plateada.
—Gracias —digo mientras observo la chaqueta gris —no he pensado mucho en ello —respondo mientras mira las paredes.
—No te preocupes por eso… solo tienes unas semanas de haberte mudado, ponerte presión es lo ultimo que queremos —dice James antes de salir por la puerta.
Decido bajar por algo de comer y ver algo en la televisión de la sala de estar por que la mía no tiene "Cable".
…
Desperté en una pradera, si una pradera y por mucho que lo repita, ni yo me lo creo ¿Estoy soñando? Cerca de mi, pasan tres conejos blancos con astas en la cabeza algo surrealista por supuesto… dejando eso de lado, todo lo que veo es hierba y unos pocos arboles. Empecé a caminar sin un rumbo, pero el paisaje seguía siendo el mismo.