-A los 4 años perdí a mi padre debido a un cáncer, por culpa de ello mi madre tuvo depresión y no fue capaz de criarme ella sola, sinceramente no recuerdo mucho de mi padre, solo sé que era una persona muy agradable, y con un buen sentido del deber, ejercía de bombero, y por las historias que me contaba mi madre era realmente un héroe-
-Mi madre al no poder criarme sola, me dejó con su mejor amiga, se podría decir que la considera una hermana, cuando conocí a su hija, Akiko, con mi edad traté de hacer todo lo posible para encajar y no suponer una carga, pese a tener 4 años me consideraba un buen niño, pero por alguna razón a Akiko no le terminaba de agradar-
-Akiko tenía la misma edad que yo, pero... Bueno… Digamos que aparentaba menos, era una chica muy despistada y un poco malcriada, con el tiempo fue cogiéndome cariño, pero no lo suficiente para considerarme un hermano, lo que supuso un punto de inflexión en nuestra relación fue cuando un día en el parque, a los 6 años ella y yo estábamos jugando al escondite, a mí me tocaba encontrarla, era una chica rápida así que en lo que contaba hasta 10 ella corrió muy lejos pero se perdió-
-Tardé un tiempo en encontrarla, la vi en un callejón llorando, cuando la llame por su nombre vino corriendo y me dio un abrazo muy fuerte mientras me empapaba la camisa de lágrimas y mocos, después de eso todo el camino hasta casa me dió la mano-
-Con lo despistada que era, solía meterse en muchos problemas, sobre todo en peleas, malentendidos y hasta un día con 10 años se presentó la policía en casa(nunca supe el porqué), pero siempre estaba yo ahí para protegerla, la imagen que tenía de mi padre gracias a mi madre me ayudaba a seguir hacia delante con un buen sentido del deber-
-Con el tiempo fuimos teniendo una muy buena relación, a los 13 años, mi madre ya era capaz de cuidarme, así que volví a su casa, Akiko estaba en contra y no quería que me vaya, por la otra parte, yo pensaba igual, quería mucho a mi madre, y entendía por lo que había pasado, pero se me hacía muy complicado que después de tanto tiempo me fuera a vivir con ella-
-Quedamos en que cada fin de semana iría a casa de mi madre a pasar el tiempo con ella, así poco a poco íbamos progresando en nuestra relación, y mientras tanto Akiko y yo podíamos permanecer juntos-
-Actualmente, con 16 años, mi vida es bastante buena, no seré muy bueno en lo que hago, pero sé que siempre doy un 200%, cada vez superándome más, lo que me lleva a superar mis metas-
'Pero el día de hoy…'
'No tenía que pasar esto…'
"Hola Hayato" -Dijo Akiko con voz decaída
"¿Cómo estás?"
-Entre lágrimas, y sin fuerza en la voz Akiko contestaba- "Mal, me dijeron que había sido una lesión muy grave, y pese a la operación, no voy a ser capaz de recuperar la movilidad al 100%, tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto tiempo juntos entrenando… tirados por la borda, ¿por qué?, por una maldita lesión" -Comenzando a llorar después de hablar
-Hayato entre lágrimas "Nunca te rindas Akiko, tú más que nadie sabes de lo que eres capaz, algún día... algú-"
"¡Lárgate! ¡Cállate y déjame en paz!" -Gritó Akiko
-Hayato sorprendido, pero entendiendo la situación se disculpó mientras salía de su habitación del hospital-
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-Hayato decidió hacer tiempo sentado en un banco delante del hospital, esperando a ver si Akiko se encontraba mejor y podía volver a hablar con ella-
-Cuando Hayato estaba dejándose dormir mirando el móvil en aquel banco, escuchó un grito-
"¡Parenla!" -Gritó una enfermera
-Hayato enfocó la vista y se dio cuenta de que era Akiko, se había escapado del hospital, medio cojeando salió corriendo huyendo de aquel lugar, al darse cuenta fue corriendo tras ella-
Akiko logró evadirse de la gente a duras penas mientras cojeaba, no sabía a dónde se dirija, solo quería salir de ese lugar, pero de pronto se vio con un tumulto de gente, al intentar pasar a través de ellos, se dio cuenta de que estaba en un paso de peatón-
[Luz roja]
-Se escuchó una fuerte frenada y un claxon final-
"Akiko!"
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