Leon
Llame a Caith una vez más, se nos estaba haciendo tarde. Le di dos minutos enteros para bajar, un récord para mi paciencia, que solo existía con ella. Subí la escalera de dos en dos, la puerta de su habitación estaba abierta así que entre directamente a burlarme de ella por demorarse tanto tiempo.
Me paralice por un segundo al ver el reflejo de su rostro en el espejo, ya que se encontraba de espaldas a la puerta, me acerque y la sutileza que solo guardaba para Caithleen Ballack salió a la luz cuando con mis dedos índice y medio le quite la solitaria lagrima que caía por su rostro. Conocía a Caith desde siempre, si bien Simon era mi mejor amigo ella era un libro totalmente abierto para mí, nadie la conocía como yo, Simon se le acercaba bastante, pero al ser su hermano no veía cosas que yo sí.
Y en este momento veía el miedo el rostro de Caith, sabía que la escuela sin nosotros sería difícil para ella, y esa es nuestra culpa, la protegimos demasiado.
A pesar de que tuvo un novio a los dieciséis, el chico no duro mucho.
Simon y yo la ayudamos con su timidez, pero sé perfectamente que en su interior Caithleen sigue siendo aquella niña tímida e indefensa, he intentado por todos los medios que muestre la chica extrovertida que sale cuando estamos en casa, aquella chica que canta y baila por todas partes, que se ríe de todo y utiliza peinados locos.
Esa chica, solo la conocemos sus padres, Simon, su amiga Kika y yo.
Caith cree que debe guardar cierta imagen debido al trabajo de su padre.
Me devolvió el abrazo y se rio de mi broma, subimos a mi auto y emprendimos rumbo a la escuela, puso en la radio su canción favorita "in the world like this" de backstreet boys sonaba a todo volumen.
Demás está decir que Caith es la única que tiene permitido manipular el estéreo de mi amado auto. Además solo nos demorábamos cinco minutos en llegar a la escuela, aunque serian quince si se fuese a pie. La deje en la entrada de la escuela, me dio un beso en la mejilla y me agradeció antes de bajar, le di un guiño coqueto a sabiendas de que le molestaría.
- Eres un idiota, siempre arruinas los bellos momento.- me dijo mostrándome la lengua, sin ser consciente de lo que ese gesto produce en mi hormonal cuerpo juvenil.
- Es mi especialidad. – le volví a guiñar y le lance un beso mientras se acercaba a la puerta de la escuela. Acelere mi Mustang del 67 para lograr llegar a mi primera clase en la universidad. Encontré un espacio de estacionamiento en el área para estudiantes y corrí por el campus buscando el aula de mi primera clase, al entrar ya estaban casi todos los asientos ocupados, solo quedaban dos libres, uno en la primera fila junto a una hermosa rubia y otro en la cuarta fila junto a un chico que parecía ser otaku, ya que le urgía una ducha y era claramente virgen. Simón y yo también somos un par de frikis, si vamos al caso.
Así que opte por sentarme junto a la rubia, quien de inmediato me regalo una sonrisa coqueta. Iba a presentarse cuando el profesor entro en el aula, a diferencia de la escuela, todos guardaron silencio de inmediato.
- Buenos días pequeños artistas, mi nombre es Jeffrey, pero a partir de hoy seré el señor Nahara para ustedes y este semestre le impartiré la asignatura de historia del Arte. Muchos de ustedes están estudiando Teoría e historia del Arte, otros fotografía, pedagogía en Artes, danza, música, gestión cultural, comunicación Audiovisual o hasta arquitectura... por ende esta clase es muy variada, las carreras son muy distintas unas de otras y eso es lo exquisito de esta clase, a medida que avance el semestre iremos discutiendo la historia del arte y se darán cuenta de las diferentes opiniones y realidades que maneja cada uno. Por ahora comenzaremos con lo típico y básico, preséntense, nombre o apodo, edad y carrera que están estudiando. – el profesor le dio el pase al primer chico de la fila, estaba cuatro asientos más allá de donde me encontraba yo, no les preste atención a ninguno, solo miraba a la nada fingiendo escuchar, cuando fue mi turno, me puse de pie como los demás y dije:
- Mi nombre es Leon, tengo 19 años y estudio fotografía. –
- Excelente carrera Leon, un gusto conocerte. – me dijo el señor Nahara, luego fue el turno de la rubia.
- Mi nombre es Annie, tengo 18 años y estudio Danza. – la rubia que ahora sé, se llama Annie, me volvió a sonreír coqueta y se lamió los labios de manera sutil y sugestiva, le di mi correspondiente sonrisa ladina, aquella que de sobra sé moja bragas, y logre mi cometido al notar un sonrojo furioso en su rostro. El resto de la clase se siguió presentando y al finalizar el señor Nahara nos dio un breve resumen de que trataría su clase, y la manera de evaluar.
- Para finalizar les dejare una tarea para la semana que viene. Quiero que cada uno haga una biografía de alguna eminencia en su campo, pero la dificultad de esto es que debe ser una eminencia en el campo que está estudiando su compañero de al lado. – al terminar de dar la instrucción se oyó un murmullo general, Annie y yo volvimos a mirarnos y ambos supimos de inmediato que esta tarea nos daría la excusa perfecta, solo debía asegurarme de que pudiésemos juntarnos en su casa y que estuviese sola. Al terminar la clase, ordene mis cosas con una lentitud digna de un caracol.
- Hola.- me hice el sorprendido cuando Annie me saludo
- Hey, creí que ya te habías ido.
- En realidad te estaba esperando, para que habláramos acerca del trabajo que nos dejó el señor Nahara.
- Claro, si quieres me dejas tu número y te llamo para que nos juntemos, ¿te parece esa idea?
- Esta perfecto. – anote su número en mi celular y luego se tomó una selfie para que la pusiera como imagen de contacto.
El resto de mis clases fueron fascinantes, coquetee con un par de chicas más y la fotografía era mi pasión así que taller inicial e introducción a la fotografía fueron unas clases realmente geniales.
Entre clases me encontré con Simon, aunque solo pudimos intercambiar un par de palabras breves, ya que él estaba estudiando leyes y el campus estaba del otro lado de la universidad.
A la hora de almuerzo Salí rápidamente camino a la escuela para buscar a Caith, ya que era la primera semana saldría temprano, y al igual que yo no tendría clases en la tarde, ya veríamos como lo haremos la próxima semana.
Al llegar a la escuela espere a Caith, los alumnos ya estaban saliendo, así que esperaba verla salir con Kika en cualquier momento, después de cinco minutos al fin la vi, venia riéndose y las ondas que habían escapado de su cola caían por su rostro, lo que no me esperaba es que además de Kika, viniese acompañada de un chico casi de mi estatura, que la miraba como león al acecho, aquel pequeño muchacho no sabe que en la vida Caith hay espacio solo para un Leon.