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La noche se hacía más profunda.
Bai Zhi todavía no tenía ni una pizca de sueño.
Se sentó muy cerca de Dick.
Por supuesto, no hizo realmente ningún movimiento para lastimarlo de verdad.
Sin embargo, de vez en cuando decía algunas palabras para asustar a Dick.
Cada vez, Dick gritaba asustado.
A Bai Zhi realmente le encantaba esta situación.
Le preguntó a Dick:
—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?
Dick todavía no se atrevía a responder.
No sabía qué quería hacerle esta persona.
Sabía que no era una buena persona, era un gran malvado.
—No has comido en tanto tiempo, debes tener hambre, ¿verdad? —Bai Zhi sonrió, excepcionalmente siniestra.
Dick negó con la cabeza.
No tenía hambre.
Podía estar sin comer.
Solo quería ver a su mamá.
Sollozó.
Extrañaba a mamá.
—¿Miedo de mí? —Bai Zhi constantemente sostenía ese afilado puñal en su mano, pasándolo deliberadamente por la cara de Dick.
Los ojos de Dick estaban rojos e hinchados, se sentía increíblemente agraviado.
