Shen Feiwan no lo negó.
Había que decir que realmente estaba muy necesitada de dinero ahora.
—¿Regresaste al país porque te faltaba dinero? —preguntó Bai Zhi a Shen Feiwan—. ¿Has dilapidado todo ese dinero? ¿No crees que has sido un poco demasiado arrogante y derrochadora?
—Cómo gasto mi dinero es asunto mío, ¿qué tiene que ver con la señorita Bai? —preguntó Shen Feiwan con frialdad—. ¿Gasté acaso tu dinero?
Bai Zhi se quedó algo sin palabras ante la réplica de Shen Feiwan.
Le tomó un rato poder decir apenas, —¿Estás endeudada por préstamos de alto interés, necesitas un préstamo? ¿Por qué no le pides a Lin Nuannuan, no son ustedes buenas amigas? Puede que se la pase holgazaneando todo el día, pero con tanto dinero en su familia, ¿no te va a ayudar?