Mientras dejara de llorar, él podría hacer cualquier cosa.
Sus lágrimas eran como fragmentos de vidrio que le perforaban el corazón.
—Mo Yesi, ¿crees que estoy enfadada por esto? —Qiao Mianmian lo miró con los ojos aún fríos y distantes.
—... ¿No es por esto? Entonces, ¿por qué? —Mo Yesi estaba atónito.
—Tiene que ver con esto, pero no es completamente por esto. Mo Yesi, ¿sabes lo cansador que es estar con alguien como tú? —Qiao Mianmian tomó un profundo suspiro y se secó las lágrimas. Lo miró y pensó un rato antes de decir.
—¿Entonces, te sientes cansada de estar conmigo? —preguntó él con voz ronca después de un momento de silencio.
—No. La verdad es que soy muy feliz contigo —Qiao Mianmian negó con la cabeza.
—Pero dijiste que estás cansada —El hombre la miró sorprendido.
—Mm, eso es lo que dije —Qiao Mianmian asintió—. Quiero decir, me cansaré si paso demasiado tiempo contigo. Tú... eres demasiado controlador y posesivo. Es imposible no tener otros hombres a mi alrededor.