—Vieja Dama, por favor tome la medicación —le pasó la medicación con el agua y dijo el Tío Zhang.
—No me la voy a tomar. Si algo me pasa, traigan a Yun Cheng aquí. Que vea lo mal que se comporta su esposa —furiosa, golpeó la mesa continuamente y dijo.
El Tío Zhang sabía que la Vieja Dama estaba teniendo un berrinche y que tendrían que convencerla para que se calmara.
Se quedó pensando un momento y le pasó la medicación a Qiao Mianmian. Luego continuó sonriendo —Segunda Joven Señora, usted debería ser quien convenza a la Vieja Dama para que tome su medicación. Usted es su favorita. Le hará caso.
—Abuela, ¿podría tomar la medicación, por favor? Todos estamos preocupados por usted —dijo Qiao Mianmian mientras tomaba el vaso de agua y la medicación—. Mamá debe... tener algún malentendido sobre mí. Es mi culpa, debería haber aclarado todo con ustedes primero, así nada de esto habría pasado.
—Si algo le pasa por esto, estaré desconsolada. Me sentiré mal por ello —continuó gentilmente.