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—Jaja, otro truco viejo y poco original.
—Haciendo como que se le había agotado la batería del móvil, pidiéndole el suyo solo para añadirse como contacto.
—Podría simplemente haberle pedido su contacto.
—Tsk, las mujeres de hoy en día siempre pensando en conspirar contra los hombres.
—Por cuenta de su Cuñada, decidió no exponerla.
—Le entregó su móvil con una sonrisa —dijo él—. Por supuesto, puedes enviar tantos mensajes como necesites.
—Jiang Luoli tomó el móvil y le regaló una brillante sonrisa —dijo ella—. Gracias, Sr. Yan.
—Yan Shaoqing pensó: Ja, ¿todavía intentando coquetear conmigo?
—En ese momento, Jiang Luoli estaba pensando: Dios mío, este hombre es bastante guapo, pero la forma en que sonríe es escalofriante.
