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Chu Yichen y la gente de afuera quedaron atónitos. Estaba lleno de agua. Si abrían la puerta, el agua irrumpiría en el barco y lo hundiría.
Hubo un breve silencio entre ellos.
—¿Qué tan alta está el agua? —preguntó Chu Yichen con voz temblorosa.
—¡A nivel del cuello! —lloró Li An'an—. Pronto no podría hablar más. ¡Para entonces, mi boca y nariz estarían llenas de agua y me asfixiaría hasta morir! Realmente no quiero morir todavía, ¡pero tampoco quiero que todos en el barco mueran por mi culpa!
Chu Yichen temblaba mientras ordenaba fríamente a Li Cheng.
—¡Informen inmediatamente a todos para que se preparen para evacuar en los botes salvavidas! ¡Que el capitán envíe una señal de socorro a los barcos cercanos! ¡Contacten al helicóptero! —Li Cheng fue inmediatamente a hacer esto.
Chu Yichen ordenó de nuevo:
— ¡Sigan serrando!
