En la entrada del jardín de infantes.
Chu Yichen se despidió de los tres niños con la mano.
—¡Adiós, papá! —exclamó Baobao.
—¡Adiós! —Chu Yichen miró a Junjun y a Jùnjùn.
Los dos pequeñuelos lo miraban, dudando si debían dirigirse a él de la misma manera que Baobao.
Chu Yichen no tenía prisa. Observaba a los tres niños mientras entraban.
—¡Baobao, tu papá es tan guapo! —Un pequeño gordito se soltó del agarre de sus padres y caminó hacia Baobao—. Ajá. Mira, mi mamá me compró un chupetín ayer. Te daré uno.
Baobao extendió la mano...
Junjun y Jùnjùn empujaron al gordito a un lado. —Tenemos dulces en casa. La Hermanita no quiere los tuyos —Jùnjùn mantuvo el rostro impasible.
—No puedes comer demasiado dulce. ¡Mucho dulce hará que crezcan gusanos en tus dientes y eso te hará muy feo! —añadió Junjun.
Baobao era su hermana menor, no la de él. ¿Por qué tenía que quitarles siempre a su hermana menor? Si él quería una hermana menor, podría pedirle a su mamá que le diera una.