Chu Yichen estaba a punto de acostarse en la cama cuando escuchó sus palabras.
—¡Dilo otra vez! —exclamó.
Li An'an captó un atisbo de peligro. Dada su manera de actuar hoy, sintió que necesitaba ser más prudente.
—No pretendo menospreciarte. Solo siento que esta es mi casa. ¡Deberías ser más educado y dormir en el sofá! —Abrió la puerta del dormitorio como señal para que él se fuera.
Chu Yichen se rió de la ira.
—¿Y si no me voy? ¿Qué vas a hacer? Además, te salvé la vida. ¿Cómo piensas pagar ese favor? Aún no he ajustado cuentas contigo y ya estás siendo descaradamente calculadora conmigo. Li An'an, ¿qué comiste de pequeña? ¿Cemento? —preguntó con sarcasmo.
—¡No soy tan desvergonzada como tú! —Li An'an cruzó sus brazos y respondió con sarcasmo. —¡Capitalista vampiro!