Al ver que la niña había salido corriendo hacia el corredor, la Directora Wang se apresuró tras ella. —Baobao, tus hermanos no están aquí. Tu Padrino-Dios se los llevó.
Baobao se paró en el corredor y se volteó, con los ojos entrecerrados sonrió. —El Padrino-Dios ha vuelto. ¡Baobao quiere ir a jugar con el Padrino-Dios! —Corrió rápidamente fuera del orfanato. De repente, se dio cuenta de que no sabía dónde vivía el Padrino-Dios. Regresó donde Chu Zhenting. —Abuelo, ¡Baobao quiere llamar al Padrino-Dios!
De inmediato, Chu Zhenting y Bai Dong se sintieron desatendidos. —¿Baobao también tiene un Padrino-Dios?
Baobao colocó sus manos detrás de su espalda y asintió con una sonrisa. —Sí, a Baobao realmente le gusta el Padrino-Dios. Él comprará vestidos bonitos para Baobao, comida deliciosa, juguetes e incluso llevará a Baobao en brazos.
—Entonces, entre Abuelo y Padrino-Dios, ¿a quién quieres más? —Chu Zhenting se sintió molesto.
