Long Ting estaba tan impactado que no pudo hablar durante mucho tiempo.
No era de extrañar que el Primo fuera tan indulgente con Li Baobao. Resulta que quería adoptarla.
De hecho, no era una mala idea. En el futuro, tendría un par de mejillas tiernas que podría pellizcar cuando le apeteciera. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que pellizcó sus mejillas y estaba impaciente por hacerlo de nuevo.
Bai Dong ya había empezado a llamar a los minoristas, pidiéndoles que entregaran la última ropa y juguetes para niños mañana. Los dos estaban muy contentos.
Long Ting aprovechó la oportunidad para acercarse a Chu Yichen, preguntando con osadía, ya que había una ocasión feliz en casa —¿Ya no estás enojado por el asunto de Li An'an?—. Esta niña era pariente de Li An'an. Si quería adoptarla como su hija, probablemente significaba que ya no estaba enojado.
