Mo Ruyue y Baili Xi salieron de la pequeña casa de bambú. La luz del sol afuera era perfecta y les aportaba calidez a sus cuerpos.
Después de dos noches sin descansar bien, Baili Xi notó que Mo Ruyue se veía un poco demacrada y dijo:
—Hermana Menor, vuelve y descansa temprano.
—En, primero iré a informar al Señor Demonio. Hermano Mayor, tú también deberías ir a descansar —Mo Ruyue respondió. Habían sido retrasados por dos días, así que tenía que informar al Comandante Demonio.
No quería que el demonio pensara que estaba holgazaneando.
Después de decir eso, Mo Ruyue se dio vuelta y se fue.
Baili Xi miró la figura que se alejaba y no pudo evitar sumirse en profundas reflexiones.
La Hermana Menor Ruyue era interesante e inteligente.
Todo era gracias a la Hermana Menor Ruyue que lograron capturar al Rey Mono.
En el pasado, no había tenido interacciones profundas con su hermana menor. Ahora, no podía evitar querer acercarse más a ella.