Incluso Ling Shoumo, quien estaba sentado en el asiento del líder de la secta, no pudo evitar fruncir el ceño.
¿Qué estaba haciendo Lan Qi?
Ya era demasiado tarde para decir cualquier cosa, pero en ese momento, una figura verde voló rápidamente y con agilidad. Un abanico de fractura de hueso plateado bloqueó el ataque de Lan Qi.
Mo Chengfeng y Lan Qi estaban enredados.
—Lan Qi, ¿estás loco? ¿Qué quieres? —Este sujeto en realidad quería atacar a Ruyue. ¿Quién le dio el valor?
Lan Qi había sido dominado por la ira desde hacía tiempo. Ahora solo quería matar a Mo Ruyue.
Quería que Mo Ruyue muriera en sus manos.
—Apártate.
—¿Moverme a un lado? ¿Apartarme y dejarte atacar a Ruyue? —Mo Chengfeng sonrió fríamente.
No había forma de que se hiciera a un lado.
—Entonces no me culpes por no ser amable.
Lan Qi apretó los dientes. Sus ojos se afilaron mientras comenzaba a atacar a Mo Chengfeng.
—Vamos a ayudar al Hermano Mayor. —Baili Xijian lo dijo y se unió a la batalla.
