—Sí.
El semblante severo de Su Luo era bastante digno.
—Qingting, ¿qué crees que sucedió? —preguntó.
—Tío, Madre, Tío, ella fue la que vino a buscar al Tío. Dijimos que el Tío no estaba, y ella dijo que mentíamos. Luego, dijo que la Tía no le había rendido respetos. En realidad, la Tía estaba a punto de rendirle respetos, pero ella interrumpió los saludos de la Tía. Dijo que la Tía era solo una campesina que no la tenía en cuenta. Ella abofeteó a la Tía primero cuando no estábamos atentos e incluso dijo cosas malas. Por eso la ataquée. La Tía temía que me golpearan, así que me ayudó.
—Si quieres culpar a alguien, culpa a mí. Es toda mi culpa. No supe contenerme —añadió Qin Qingting.
Qin Qingting había querido contarle toda la historia justo ahora. Sentía que debía ser ella la culpada. No podía culpar a su tía. Su tía ya era una señorita y su reputación era muy importante. Ella aún era una niña. Su reputación no importaba.