—Bing 'Er, ¿todavía necesitas estar tan preocupada por mí? —Gu Ying sonrió. Aunque la estaba tomando el pelo, su corazón se sentía como si hubiera bebido miel. Sus ojos eran tan intensos que parecían poder hilvanar hilos.
—Ying, hablo en serio. Tienes que estar de acuerdo —La expresión de Mo Ruyue era extremadamente solemne mientras miraba fijamente a los ojos de Gu Ying, queriendo que él le prometiera.
Aunque él no sabía de dónde venían sus preocupaciones, Gu Ying siempre había acatado sus peticiones mientras no pusieran en peligro su seguridad. Al ver que ella estaba seria, asintió sin dudarlo.
—Por supuesto que estaré de acuerdo con tu solicitud. Si hay algo mal durante este viaje, volveré inmediatamente y lo discutiré contigo antes de tomar alguna acción —Gu Ying no pensaba que Mo Ruyue lo subestimara. Por el contrario, ella lo amaba profundamente, y por eso estaba tan preocupada por sus capacidades.