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Con el fin de agradecer a Mo Ruyue y a Gu Ying, y también para despedirse de aquellos días en que lucharon a las puertas de la muerte, y para tener un buen comienzo auspicioso.
Después de buscar la opinión de Mo Ruyue, el Tío Mi reunió a todos los supervivientes, encendió una hoguera y comenzó a rezar a la luna.
En su vida anterior, Mo Ruyue también había participado en varias fiestas de hoguera en el extranjero. En ese momento, realmente le gustaba la sensación de beber y bailar junto a la hoguera.
Tal vez fue porque había estado en la oscuridad fría durante demasiado tiempo, ocasionalmente se acercaba a algo que podía darle calor. Aparte de Gu Ying, lo único que podía darle calor era el fuego.
Ahora que el tiempo y el espacio habían cambiado, su identidad y apariencia también habían cambiado, pero su cercanía al fuego no había disminuido en absoluto.
—Bing 'Er, deberías ir y unirte a ellos —le dijo Gu Ying.
