—Lo haré. En el futuro, no toques tus manos con estas cosas. Son sucias —La voz profunda resonó en sus oídos y tembló hasta el fondo de su corazón, haciendo que la cintura de Mo Ruyue se ablandara. No le quedaba fuerza y solo podía yacer en los brazos del hombre.
Gu Ying nunca había dicho tales palabras antes. Eran compañeros cuyas almas eran las más compatibles entre sí. En esa era oscura, solo podían sobrevivir acurrucándose el uno al otro de esta manera.
¿Pero resultó que sus palabras tenían tal "efecto destructivo" sobre ella?
—Si lo hubiera sabido antes, lo hubiera seducido para que lo dijera —Mo Ruyue sentía un poco de arrepentimiento, pero no era demasiado tarde. Tenían suerte de tener una segunda oportunidad para comenzar de nuevo.