—Jeje, no estoy presumiendo, pero la cocina de mi esposa es realmente excelente. Después de acostumbrarme a sus platos, siento que mastico cera sin importar qué tan deliciosa sea la comida que pruebo. Ya que a la señora Qin le parece bien este plato, entonces coma más —el Médico Imperial Tian dijo con una cara llena de sonrisas.
Desde sus ojos, se podía ver que la sonrisa era real, y el orgullo de estar orgulloso de su esposa también era real. Se podía ver que la pareja tenía una relación profunda y con décadas de apoyo mutuo, eran, de hecho, los compañeros del alma el uno del otro.
Los ojos de Mo Ruyue se iluminaron con un toque de tristeza.
Ella una vez tuvo a alguien que pudo haberse convertido en su compañero del alma, pero finalmente se perdieron en el torrente del tiempo y el espacio. Si tan solo él pudiera también transmigrar a este mundo...
Mo Ruyue sacudió ligeramente su cabeza y quiso deshacerse de ese pensamiento, pero inexplicablemente una figura apareció en su mente.
