Hermano Mayor parecía tener muchas cosas en mente. No era tan sencillo como estar descontento. Sería mejor preguntar.
—Ustedes dos han estado murmurando ahí durante mucho tiempo, ¿de qué están hablando? —la voz de Mo Ruyue de repente llegó desde atrás. No asustó a los hermanos segundo y tercero, pero sí le dio un susto a Da Bao.
Él giró la cabeza y miró hacia atrás. Aún había un rastro de pánico en sus ojos que no pudo ocultar, que fue inmediatamente captado por Mo Ruyue.
Ella suspiró en su corazón. Parecía que necesitaba tener una buena charla con Da Bao.
Pero antes de eso, tenía que ocuparse de los otros cuatro bebés primero.