Aunque podían tener la mujer que quisieran, esas mujeres no podían dar a luz a sus hijos.
La expresión del Padre Xiong cambió. Echó un vistazo a la Tía Tian y les dijo a los Hermanos Xiong —Eso es cierto. Los dos todavía no tienen hijos. Hemos tenido unas cuantas rondas hoy. Con nuestros cuerpos fuertes, es muy posible que tengamos hijos. ¿Los quieren?
La Tía Tian alzó la vista y su rostro mostró una expresión de alegría.
El Padre Xiong lo consideró seriamente. Aunque la Tía Tian era fea, ¡los niños podrían no serlo! Además, estaba bien mientras los niños crecieran lo suficientemente dominantes. Podrían intimidar a otros para obtener beneficios. No importaba cómo fueran de aspecto.
Inesperadamente, los Hermanos Xiong miraron a la Tía Tian con molestia y la rechazaron de inmediato —¡No! Es tan fea. ¿Cómo vamos a quererlos? Si queremos un hijo, podemos casarnos con una concubina y gastar algo de dinero en la ciudad. ¿No es muy fácil? ¿No es mucho mejor que tener esta mujer fea?
