—Señor Olsen...
Era demasiado ingenuo.
Desde que ese desgraciado CEO empezó a salir con alguien y lo hizo público en la Empresa, lo alardeó por medio mes antes de que finalmente se calmara.
Tal vez los días dolorosos habían pasado demasiado tiempo, causando que la gente olvidara.
Esto hizo que el señor Olsen bajara la guardia, y hoy, volvió a caer en la trampa del desgraciado CEO.
El señor Olsen pensó para sí mismo, que si hubiera sabido, habría hecho como los demás y mantenido su distancia.
Pretendiendo no ver nada, se apresuró a fichar y entró al elevador.
¡Nunca más dejará que se le escape la lengua!
¡Tenía que saludar a Adrián Zhekova, ahora mira, está en problemas!
El señor Olsen no tuvo más remedio que cambiar al modo de adular inmediatamente, con una gran sonrisa en su rostro, como un pan al vapor.