En un mundo donde los desamores abundan, Marcos y Lia demostraron que el destino del amor puede ser impredecible y sorprendente. Atravesando tormentas y disfrutando de momentos de calma, su historia perduró como un ejemplo de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor verdadero puede iluminar el camino hacia la felicidad eterna.