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EL SALVAJE OESTE (Español)

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Synopsis
Joaquín Esccuela, Mexicano que viaja a California con su familia en plena fiebre del oro para enriqueserce termina pasando una historia cruda, violenta, sangrienta y triste que termina cambiando su forma de ver la vida.

Table of contents

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Chapter 1 - FIEBRE DEL ORO

En 1849 California se embriagaba de oro. Tras el descubrimiento de oro de la mano de John Sutter, el cual se expandiría luego de que James Marshall lo gritara a los cuatro vientos, empiezan a llegar migrantes. La mayoría de ellos mineros, en busca de su inminente riqueza, empiezan a llenarse sus arcas, no importaban los métodos, era una lucha del gobierno, forajidos, mineros e indios, estos últimos no pudieron hacer mucho.

Entre los forajidos se encontraba Joaquín Escuella, quien sentado en una mecedora con un revólver en mano, mientras lo limpia, piensa en su siguiente movimiento. El, su esposa, sus hijos, su tío, sus hermanos y las familias de sus hermanos tienen que ocultarse del gobierno y las demás pandillas que están hambrientos del oro, aunque ellos también roban.

—Buenas tardes buen hombre —Arturo Carrillo, hermano, detiene una diligencia

—Buenas tardes caballero, ¿qué se le ofrece? —dueño de la diligencia

—Señor me ayudaría bastante en algo, mi caballo se perdió entre las sombras

— ¿Se perdió entre las sombras?

—Arriba las manos viejo estúpido —Jesús Escuella, hermano menor, sale por el lado lateral derecho apuntando un revólver montado en su caballo— bonita diligencia, cuanto apuestan que nos dan más de $40

—Está un poco vieja pero vale algo, eso seguro —Antonio Escuella, hermano medio, dice llegando por detrás montado en el caballo

—Por favor señores, es lo único que tengo para moverme, a esta edad no puedo caminar mucho —dice el señor de la diligencia al borde del llanto

—Bueno, robe un caballo —Arturo Carrillo baja de la diligencia al anciano— veamos que lleva encima —Arturo revisa el chaleco del anciano y encuentra dos pepitas de oro— si que eres más estúpido de lo que pensé, Ey viejo, ni una palabra de esto, ¿Entendiste? Bueno ahora lárgate de aquí.

—Bueno parece que está hecho, Joaquín encontró a unos mineros negros, voy a alcanzarlo —dice Jesús mientras se gira junto con su caballo.

—Bueno, todos debemos de estar acompañados, no nos podemos quedar solos.

 

Tenían que estar ocultos la mayor parte del día y salir cuando anocheciera, ellos vienen de Hermosillo Sonora, México.

 

HERMOSILLO, SONORA, MÉXICO

—Bebé, ¿te gustó? —Amanda, trabajadora del negocio más antiguo del mundo

—Si amor, claro que me va a gustar —Joaquín Escuella

—Es que a mí me encantas —Amanda le caricia las mejillas mientras dice— yo quisiera casarme contigo

—Emm, bueno... ¿cuánto era?

—Contigo no estoy trabajando amor, es porque te deseo con todas mis ganas

—Emm…

En Sonora, Joaquín de chico estaba en el coro de la iglesia, lo que le sirvió tener de mentor al padre, quien lo escucha hasta el día de hoy

—Padre —dice Joaquín con un tono de voz apagado de decepción y tristeza— volví a pecar, volví a engañar a mi esposa. No estoy justificándome pero, esa chica es hermosa, esos ojos, color verde, esa piel, ese olor, creo que me estoy enamorando de ella, le compré un collar de perlas de oro, si supiera de donde los consigo.

— ¿De dónde los consigues, hijo mío?

—Padre, usted sabe lo que hago

—No, no lo sé hijo mío

—Bueno, yo y mi tío Alfonso García fuimos a visitar unos viejos amigos…

— ¿Qué tienes Armando? —Alfonso dice esto con una sonrisa gratificante en su cara

—Una casa, el esposo está en un viaje de trabajo, están los hijos, la mamá y la esposa, tienen guardias, son como unos 5, no parecían tener mucha experiencia, se los truenan o los distraen, en la casa hay alrededor de $100 dólares —Armando Castaño, mano derecha de Alfonso

—Te lo dije, hermoso, perfecto —Dice Joaquín emocionado

—Es perfecto —Alfonso asiente con la cabeza riendo

—La esposa tenía puesto un collar de perlas de oro, eso lo conté aparte

—Perfecto.

Alfonso y Joaquín toman su rumbo, hacia dónde sería un robo que no les viene para nada mal.

—Que tu caballo nos siga- —Alfonso

—Pero vamos en diligencia

—Tú hazme caso.

Al llegar a la casa, notan que no se veía como la gran cosa, era una casa promedio, pero lo importante era lo que había adentro.

—Bájate aquí —dice Alfonso

—Okey

—No hagas nada, cuando veas que está libre de guardias entras.

—Entendido

—No pierdas de vista a tu caballo.

Alfonso se lleva la diligencia con una distancia considerable, como si pasara un día normal, por un camino normal, de repente se zafa un caballo y ya no puede avanzar, así que amablemente va a pedir la ayuda de los guardias.

—Buenas tardes caballeros

—Buenas tardes —dice un guardia mientras prende un puro

—Serían tan amables de ayudarme en un problema, un caballo se me escapó, no puedo seguir mi camino.

Los guardias se miran uno al otro dudando si la petición de aquel pobre hombre era con inocencia, al final se tocan el corazón y deciden ayudarlo.

—Está bien, vamos 2, ustedes quédense aquí —El guardia se acerca al oído de un guardia que se quedará— si no volvemos en 15 minutos, vas a buscarnos —le susurra

Así Joaquín se quita dos, ahora solo quedan 3, que alcanzan a cubrir casi todo el perímetro, aunque hay un espacio por el que poder entrar, Alfonso dijo que cuando esté todo despejado, así que Joaquín espera.

Los dos guardias acompañan a Alfonso, llegan a la diligencia y les explica el problema

—Yo estaba aquí, de repente un caballo se soltó, yo no sé para dónde jaló, parece que se fue hacia el Oeste, pero quién sabe la verdad

—Emm, ¿Tú qué crees compa? —dice un guardia

—El caballo ya ha de andar medio lejos

—Por favor caballeros, les daré una recompensa, $40 dólares

—Ta bueno pues, vamos a buscarlo.

Los dos guardias dan la espalda a Alfonso para ir a buscar los caballos, los guardias totalmente indefensos, inexpertos e ingenuos no saben a quién le dieron la espalda. Alfonso saca una pistola de la diligencia y le dispara a los dos en la cabeza de manera rápida.

Los disparos apenas se alcanzan a escuchar en la casa, así que no fue suficiente para despertar a los inquilinos pero si para alertar a los guardias.

—Ey, oíste eso —dice un guardia notablemente nervioso

—Se escucharon como balazos, ¿no?

—Pero parece que fue lejos

— ¿Vamos a revisar?

—Hay que esperar a que pasen 15 minutos.

15 minutos después…

—Ya valió verga está madre, vamos a tener que ir

—Vamos nosotros dos, tú quédate en la casa

—Está bien

—Si no regresamos en 10 minutos ve por nosotros.

 

Así, los dos guardias se alejan y uno se queda, ahora es turno de Joaquín, quien se dirige a la casa con sigilo y cuando el guardia menos lo esperó, tenía sangre escurriendo por el cuello.

Joaquín busca en las bolsas del guardia y encuentra las llaves de la casa, al entrar, la puerta rechinó de tal manera que parecía un aviso directo del infierno, avisando que la muerte acababa de entrar. Joaquín empieza saqueando la sala, para empezar notó que en una mesa ya habían $10 dólares, checa los cajones, se encuentra $5 dólares, recoge un reloj que no se veía barato y una pulsera.

Sube a las habitaciones, la prioridad era el collar de perlas en la habitación de la esposa, Joaquín intenta adivinar por el decorado cual es la habitación, pero lo erra y entra a la habitación de las hijas. Igualmente empieza a saquear lo que tienen, encuentra un collar, que no es el que buscaba pero igualmente servía, noto que en los ahorros de las dos niñas estaba ahí, se lleva todo, eran $50 dólares.

Ya que no hay nada que saquear se prepara para salir de la habitación.

De pronto, se escucha que alguien abre la puerta y camina hacia el baño, al parecer era la esposa, así que sale del cuarto de las niñas rápido pero discreto, omite la habitación de la madre y entra directo a la de la esposa.

En cuanto entra hay $40 dólares, luego, abre todos los cajones y encuentra el collar de oro, se prepara para salir y cuando va a tocar la chapa de la puerta la esposa lo sorprende.

Joaquín actúa rápido, le tapa la boca y se coloca detrás de ella, aunque tarda en decidir qué hacer pero al final nota que no puede haber otro destino para la mujer…

Empieza a asfixiarla lentamente mientras ella trata de zafarse con todas sus fuerzas, patalea, manotea, pero todo es inútil el oxígeno se le va poco a poco y cada vez ve más oscuro, sus ojos se empiezan a cerrar, los abre porque todavía tiene una mínima esperanza de sobrevivir, pero no, su cuerpo queda inmóvil y sus ojos finalmente se cierran, su corazón deja de latir y finalmente muere…

Alfonso escondido escucha como los dos guardias encuentran los cuerpos de los demás guardias, así que de nuevo, le dispara en la cabeza a los dos, antes de que tan siquiera pudieran percibir el sonido, llama silbando a su caballo y se dirige a la casa.

Joaquín sale con una bolsa que lleva dinero en una mano y cargando a la mujer muerta en la otra mano, son las 3 de la madrugada, no hay ni un alma y Alfonso le dice…

— ¿Mataste a la esposa?

—No tuve otra opción

—Traite los cuerpos, hay un río cerca, los vamos a tirar ahí, yo me llevo el del guardia

—Entendido.

Joaquín llama a su caballo silbando y carga a la mujer y la bolsa con el dinero en el caballo, así cabalga junto con su tío hacia los cadáveres.

—Aquí están los otros cuerpos, haya está el río, usa la lámpara esta oscuro, antes quítales todo lo que tengan de valor, ¿Cuánto dinero había en la casa?

—Más de $100 dólares

— ¿Tienes el collar de oro?

—Si

CON EL PADRE…

—Padre, creo que será mejor que no sepa esto.

—Bueno, si es lo que piensas, está bien, ¿continuamos?

—Claro.

DE NUEVO CON ALFONSO…

—Creo que será mejor no venderlo, levantaría muchas sospechas, haz lo que quieras con él, con lo que tenemos y vamos a agarrar haya es suficiente, tengo un contacto, nos va a dar casa y comida

—Eso es bueno

—Sí, es bueno, si todo sale bien, en la noche siguente estaremos en california… 

YA EN CALIFORNIA... 

Al llegar a California, todos notan un increíble cambio de ambiente, realmente parecía el sueño que tanto decían los periódicos. Los mexicanos asombrados creían que habían llegado a una tierra de fantasía, pero no hay tiempo de turistas, ellos se enfocan en seguir el mapa hacia donde el contacto de Alfonso les dicto, después de horas cabalgando, después de ver a todos los esclavos, milagrosamente librarse de varios robos con la astucia de su tierra, finalmente llegan a su destino, parecía un campamento, no se veía tan reconfortarle para vivir pero era solo por un momento.

En cuanto llegan preguntan por el contacto de Alfonso, Casemiro Herrera, un cubano que se estaba estableciendo en California tratando de llevarse todo el oro posible, estaba buscando personas de varios países, desde Suecos hasta Argentinos, se encargaba de darle trabajo a los recién llegados...

—Buenas tardes —dice Alfonso con una ilusión resaltando en sus ojos.

En eso, Armando llega montado en un caballo de $200 dólares impresionando inmediatamente al grupo de mexicanos, especialmente a Alfonso viendo como el sueño de toda su vida estaba a punto de cumplirse

—Buenas tardes caballeros —Armando montado en su caballo tira un cigarro al suelo y después se baja del caballo sin usar el apoyo— Me disculpó por la tardanza, ¿llevan mucho tiempo esperando?

—No, no se preocupe, de hecho, acabamos de llegar —dice Alfonso con una sonrisa en su rostro

—Bueno, primero que nada hay que presentarnos formalmente, como se debe de hacer ¿no? Buenas tardes, mi nombre es Casemiro Herrera, mucho gusto —Armando extiende su mano a Alfonso

—Alfonso García, mucho gusto —Alfonso le da la mano a Casemiro— Y esta es mi familia, déjeme presentarle a Joaquín, mi sobrino mayor

—Mucho gusto —Joaquín le da la mano a Casemiro

—Ella es Diana, esposa de Joaquín

—Mucho gusto

—Ella es Rosa, esposa de Arturo

—Mucho gusto

—Ella es Miranda, esposa de Antonio,

—Mucho gusto

—Esta preciosa mujer es mi esposa, su nombre es Mariana

—Mucho gusto

—Ella es Juana Orozco, mamá de Joaquín y sus hermanos

—Mucho gusto

—Y esos serían todos —Alfonso

—Muy bonita familia mi amigo —Armando

— ¡Muchas gracias!, entonces... ¿hablamos de negocios?

—No, aún es muy pronto, vámonos todos a tomar algo...

Casemiro llevó a los mexicanos a conocer el campamento y tomaron tragos con los miembros, se familiarizaron con las caras pero no con los nombres, Alfonso estaba muy ansioso por empezar los trabajos, pero estos no se harían mucho de rogar ya que en media fiesta, a las 12:30 A.M. Casemiro arrincona a Alfonso y sus sobrinos para hablar de negocios...

—Bueno, vamos a hablar de negocios, como tanto lo estaban pidiendo

— ¿De qué se trata? —Joaquín dice dejando ver su desesperación y a la vez emoción para empezar los trabajos

—Me trajeron información, unos mineros negros, son esclavos, también está un anciano, en una diligencia, estuvieron todo medio día y tarde cavando, mis contactos les sacaron que se desocuparían aproximadamente a esta hora, pónganse de acuerdo, lleven más gente con el anciano, me da mala espina un anciano, en una diligencia con oro y solo, creo que estará acompañado. Bueno, ¡A trabajar!

El camino es demasiado largo en comparación a los caminos en México, ahí había señales en todos lados, los hermanos creen que Casemiro debió tomar en cuenta eso, al fin de cuentas, un hombre tan hablado, tan admirado, y, ¿qué se le pierda un botín por esa tontería? Es imposible...

En el camino, se encontraron a unos muchachos que les vendieron droga, ninguno de los hermanos consideró la oferta, excepto Jesús, que no pudo evitar la tentación y se bajó de su caballo para comprar un poco, aunque era lo último de dinero que le quedaba, decidió comprarlo, el precio era de $35 dólares.

Jesús se notó molesto por el precio pero realmente quería sentir esa sensación de estar en un vuelo, acostado, sin problemas, solo esperando la muerte mientras la exquisita mezcla de paz y estrés como una combinación tan rara como buena, como ron y tequila o como un abrazo después de un mal día.

—Deberías ahorrarte el dinero, seguramente lo ocuparemos —dice Antonio con un cigarro en la boca

—Deberías de tocar una vagina, a ver si se te quita lo maricón, ¿qué tal eso? —Jesús notablemente afectado por los efectos del alcohol y la droga combinados le grita.

—No hables así, Antonio tiene razón, te la llevas gastando dinero, sabiendo que probablemente lo necesitemos —Joaquín con un semblante de voz seguro e imponente.

—Probablemente lo necesites con tus putas, a ver si ya no les sigues regalando collares de oro

—Sigue hablando, te ibas a llevar el 10% de lo que ganáramos, ahora te llevarás el 5%, sigue con esa bocota y tendrás el 0.

Después del largo recorrido, los hermanos llegan a las coordenadas a la 1:00 A.M. Con dudas de que si lo que buscan todavía se encuentra ahí, así que se separan, Joaquín y Jesús y por otro lado Antonio y Arturo, no se separan tan lejos.

Joaquín y Jesús, mientras dan vueltas por el lugar ven salir a los dos mineros negros de las minas en unos caballos, se nota que eran esclavos, en cuanto ven a J y J se echan a correr y Jesús dice...

—Pendejos maricones

Pongámonos en situación, eres un negro, esclavo, tienes una novia negra, igual esclava, eres mandado a cavar y cavar por oro, sudas sangre, sudas hasta semen y ahora te tienes que asegurar de que no te roben lo que conseguiste, porque tu "dueño" un gordo en trajeado blanquito si pierdes una pizca de oro te dará de latigazos, aunque tampoco te da seguridad para cubrirte, aun así, arréglatelas, que no te roben, si te roban "jodete, no te debieron de haber robado" y te castigarán, pero no solo a ti, sino que también harán sufrir a tu novia, probablemente a ti te echen a los perros o una mierda de ese tipo, ¿hubieras corrido?

Bueno tampoco importa, porque ellos ya están condenados a muerte, desde que nacieron...

—Vamos a alcanzarlos, YAAA —Joaquín da un latigazo a su caballo y empieza la carrera.

Mientras los esclavos corren, Joaquín y Jesús les están pisando el culo, cada vez más cerca, los negros no pueden hacer nada y cuando menos lo esperan... Los tienen al lado

— ¡Putas! —Jesús grita exaltado

—please don't hurt us

—Aquí están en México, malditos imbéciles, a mí me hablan en español —Jesús saca un revolver de su pantalón y se los apunta

— ¡Please don´t!

— ¡Jesús!, espera, no los mates —Joaquín grita

Jesús apunta su revólver a los caballos de los esclavos y les dispara provocando que los esclavos se caigan.

Jesús y Joaquín se acercan a los esclavos y bajan de sus caballos para poder interrogarlos. Joaquín después de ver el comportamiento de su hermano, ver que no sabe ni siquiera en donde está, decide que...

—Hey, no estas razonando bien, ¿porque no esperas justo en el árbol de haya? —Joaquín señala un árbol lo suficientemente lejos para que no hable de más pero lo suficientemente cerca para mantenerlo vigilado.

—No, voy a ir a avisarle a Antonio y Arturo de lo que encontramos —Jesús se va tan rápido en su caballo que Joaquín no lo puede alcanzar

— ¡No! imbécil.

Joaquín decide no seguirlo, confiando en que encontrará el camino, prefiere girarse a interrogar a los esclavos...

— (En inglés) Bueno, caballeros, nadie saldrá herido, solo quiero saber una cosa, ¿quién es su dueño?

— (En inglés) John Carson, deberías de investigar a tus victimas antes de robar, idiota

— (En inglés) Bueno, la verdad es que no tengo idea de quién es, pero suena interesante

Joaquín desenfunda su revólver y les dispara en la cabeza a los dos esclavos, acabando inmediatamente con su vida e inmediatamente empieza a saquear sus chalecos, al no encontrar nada, va directo a la bolsa de oro, se encuentra con 4 lingotes de oro, Joaquín entusiasmado, realmente comenzó a sentir que estaba viviendo el famoso sueño americano.

De repente, de camino hacia el campamento Joaquín empieza a escuchar gritos de ayuda, parecen ser de su hermano, inmediatamente se dirige a la ubicación de los gritos y, en la neblina, la oscuridad y el ruido de los grillos, encuentra a un Jesús notablemente aterrorizado gritando al aire...

— ¡Joaquín! ¡No!

— ¿Qué traes cabrón?

—Por favor perdóname, no pude hacer más —Jesús con una cara atemorizada y mirando fijamente a Joaquín dice— la llorona... ¡Se llevó a tus hijos!, hice lo que pude, por favor perdóname

— ¿Qué carajos?, Estas drogadisimo, ¿Dónde está tu caballo?

—Lo siento Joaquín, ella me sedujo, sacrifiqué a tus hijos por un beso, perdóname

—Santa madre de dios —Joaquín carga a Jesús en su caballo

Los 4 hermanos se juntan en el campamento, donde están Alfonso y Casemiro esperándolos, con los brazos y piernas cruzadas, nerviosos, pero con una botella en la mano, las usan para en caso de perder amortiguar la decepción y en el caso de ganar aumentar la emoción.

Después de un buen tiempo los 4 hermanos por fin llegan al campamento y se ponen a discutir el porcentaje

— ¿Qué le pasó a Jesús? —pregunta Alfonso confundido

—Se pasó con la droga, el cabrón está roncando

—Bueno, veo que tienen todo, entonces lo vendo, luego les doy lo acordado —Casemiro queda con los ojos brillando por ese trabajo

—De hecho, serían 5% para Jesús, por no seguir el plan y su mal comportamiento

—Está bien, tú te quedarás ese 5% —Casemiro apunta con el dedo índice a Joaquín

—Gracias, señor 

—Para mí es un honor —Armando voltea a ver a Alfonso y le pone la mano en el hombro abrazándolo y le dice— Alfonso, si siguen así, pronto ni siquiera necesitarán de mí…