No me gustan las pesadillas.
No me importa cómo me hacen sentir.
Pero en mi mundo, la magia es real.
Es una fuerza demasiado grande para que la humanidad la maneje...
Y no quiero quedarme dormido,
Si seres más oscuros esperan y lloran.
No me importa luchar contra ellos,
Mi alma está demasiado contaminada.
En parte duro, en parte blando.
El Éter me guía de principio a fin.
Mi espíritu irradia pruebas.
Mi aura ilumina las noches más oscuras,
Perdura en esas peleas acaloradas.
Temo que me pillen desprevenido,
Por cosas que celebran con desesperación.
Porque en esa tierra de sueños y gritos retorcidos,
No hay nadie ahí a quien le importe.