—¡Muchas gracias, señorita Ji! —dijo Lu Ming después de un largo rato, tomando una profunda respiración para calmarse. Hoy muchas dudas en el corazón de Lu Ming se resolvieron.
—No hay de qué. Me voy primero. ¡Volveré a buscarte cuando encuentre el aura de los líderes del clan de las diez principales familias! —Ji hongchen dijo antes de irse, parpadeó y miró a Lu Ming—. ¿Realmente me crees? ¿No tienes miedo de que encuentre a algunos expertos para derribarte? Si es así, ¡las dos fichas del caos primordial estarán en nuestras manos!
Lu Ming sonrió y dijo:
—¿No lo acabo de decir? ¡Creo en la señorita Ji!
Ji hongchen sonrió y voló lejos. Después de que Ji hongchen se fue, Lu Ming cambió su apariencia nuevamente y regresó a la periferia de la montaña, el área de la que estaba a cargo.
Inesperadamente, Ji hongchen vino a buscar a Lu Ming la noche siguiente.
