Tras finalizar la reunión, Lu Ming se reunió inmediatamente con sus padres, Lu Yuntian y Li Ping.
Las personas que se habían retirado de la secta del talismán se habían establecido todas en la tribu de las cien bestias.
Naturalmente, Lu Yuntian y Li Ping estaban eufóricos al ver a Lu Ming. Las lágrimas de Li Ping fluían sin control.
Cuando los expertos de la puerta de Dios llegaron y anunciaron la muerte de Lu Ming, Lu Yuntian y Li Ping también escucharon la noticia. Fue como si les hubiera caído un rayo, y los dos ancianos casi no lo soportan.
Sin embargo, tenían la sensación de que Lu Ming no estaba muerto. Debía seguir con vida.
Efectivamente, habían escuchado la noticia de que Lu Ming había regresado y que su cultivación había alcanzado un nivel increíble. Podría estar a la par con los mejores expertos del continente divino yermo.
La anciana pareja estaba extremadamente confiada y emocionada.
