Lu Ming se despidió de Xiao Zhan, ah Luo, ah Lei, y los demás.
Había permanecido en la familia Xiao y en Ciudad de Lishui el tiempo suficiente. Era hora de irse.
—Hermano mayor Lu, ¿volverás a visitarnos en el futuro? —A-Qing miró a Lu Ming, con reticencia a dejarlo partir.
Ah Lei no dijo nada, pero sus ojos expresaban lo mismo, reticencia a dejarlo partir.
—Volveré. Cuando tenga tiempo, vendré a visitaros. ¡Debéis cultivar bien! Si algo sucede, ¡solo envíame un mensaje!
Lu Ming sonrió y asintió a Xiao Zhan. Luego, se elevó en el aire y se fue, volando en dirección al lago de agua negra.
El lago de agua negra estaba ubicado a unos pocos millones de millas al oeste de la ciudad.
El lago de agua negra no era grande. Solo tenía alrededor de cien millas de radio. Cuando Lu Ming llegó, el lago de agua negra ya estaba rodeado de gente. Estas personas no solo eran de Ciudad de Lishui sino de todo el mundo.
