—¡Muchas gracias a todos los mayores! —Lu Ming juntó sus puños y dijo.
Ya era muy difícil convertirse en un candidato a zongzi. Después de todo, Lu Ming acaba de llegar. Solo había logrado convertirse en un zongzi gracias a Yan Kuangtu y la proeza marcial del Supremo de los Nueve Soles.
Si hubiera venido solo, sería imposible que estos pesos pesados cedieran, y él no tendría la oportunidad de mostrar su valía.
Primero obtendría la posición de candidato a zongzi, luego tendría que luchar por ella él mismo.
—¡En! —Du Songjue y los demás asintieron. La actitud de Lu Ming, ni arrogante ni impaciente, dejó satisfechos a todos.
—Primero, te haré candidato a zongzi. Sin embargo, si quieres convertirte en un zongzi oficial y tomar el mando de la secta del Amuleto Talismán en el futuro, ¡hay una condición más! —Du Songjue dijo lentamente.
—¡Aquí está! —El corazón de Lu Ming dio un vuelco. Entendió que definitivamente habría condiciones. No sería tan simple.