A su alrededor, los demás observaban en silencio. Sabían que Wang Kong iba a arrebatarle la ficha a Lu Ming.
Era tarea de Lu Ming lidiar con ello.
Chu Zhongxuan quería decir algo, pero dudó. Quería hablar a favor de Lu Ming, pero la familia Wang era poderosa. Si intervenía, podría meterse en problemas. Reflexionó durante un rato y al final no dijo nada.
—¡Piérdete, los buenos perros no estorban el camino! —Lu Ming había perdido completamente la paciencia. Su expresión se volvió fría y regañó con frialdad.
—¡Estás buscando la muerte! —Los ojos de Wang Kong se volvieron completamente fríos. Su cuerpo estaba cubierto en llamas ardientes. La temperatura aterradora retorcía el espacio.
—¡BOOM! —Dio un paso adelante, su mano era como una cuchilla celestial y cortó a Lu Ming.
—¡Piérdete! —Lu Ming también lanzó su palma, activando la técnica celestial de supresión de prisiones.
