Feng Xiu miró a Lu Ming con algunas dudas. Pero en el siguiente momento, sus pupilas se contrajeron repentinamente. Lu Ming agitó su mano de nuevo, y otra pila de cristales de ultimidad apareció en el aire. Esta vez, cada cristal de intención brillaba con una luz azul y desprendía una intención embriagadora. ¡Esta vez, eran cristales de intención del elemento de agua!
—¡Cristales de intención! —exclamaron los espectadores con asombro—. ¡Cielos, son cristales de intención otra vez! ¡No son menos que esa pila de cristales de intención del elemento de oro!
—¿Cómo es posible? ¿Quién es esta persona? —murmuraron entre ellos—. Nunca le he visto antes, ¿podría ser un genio sin igual de algún dominio súper grande?
—¿Posible? —se preguntaban unos a otros—. Acaba de pujar por la ficha de cruce de dominios, así que debe ser un genio de otro dominio. ¡No es de extrañar que tenga tantos cristales de intención!
