—Lu Ming, después de unos meses de separación, en verdad no me has decepcionado —Mu Lan lucía una sonrisa reflexiva, sus grandes ojos brillando mientras miraba a Lu Ming. No había nada de la solemnidad de su charla de hace un momento.
El corazón de Lu Ming latía erráticamente por estar a tan corta distancia de ella.
—Anciano Mu Lan, ¿por qué me pidió que me quedara?
Mu Lan sonrió ampliamente.
—No hace falta ser tan formal. ¡Trátame como a tu hermana mayor!
—¡Hermana Mayor Mu! —Lu Ming hizo un saludo con el puño.
—Lu Ming, en verdad has causado un gran revuelo. Te has convertido en el Campeón Aprendiz justo después de inscribirte. Para ser honesta, ¡está más allá de mis expectativas! —Mu Lan lo escudriñó cuidadosamente por un momento, luego preguntó de manera curiosa—. Durante la prueba, tú fuiste el que mató a Duanmu Jue, ¿no es así?
—¡Así es!
Lu Ming no ocultó la verdad. De hecho, algo así se deduciría fácilmente, por lo que no había necesidad de ocultarlo.