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jaja, Hermano Menor Qiu, mientras trabajes duro, ¡definitivamente podrás entrar al reino del rey dentro de diez años! —El joven de ropas púrpura, Xue Chao, reía a carcajadas y estaba extremadamente orgulloso.
—En el futuro, ¡todavía necesitaré la guía del hermano mayor! —respondió Qiu changkong.
—¡Mm! —Xue Chao asintió con satisfacción y dijo:
— Ah, cierto, ¿dónde está ese Lu Ming? Ya he logrado avanzar al reino del Rey Marcial. Matarlo será tan fácil como matar a una hormiga. Definitivamente encontraré una oportunidad para deshacerme de él.
Xue Chao se cruzó de brazos detrás de su espalda, pareciendo como si mirara al mundo desde lo alto.
—Lu Ming parece haber salido hace algún tiempo. —Los ojos de Qiu changkong destellaron con una luz fría.
—Ah, ¿salió? Tiene suerte, déjalo vivir un poco más. Hermano Menor Qiu, consigue a alguien que lo vigile. ¡Infórmame tan pronto como Lu Ming regrese! —dijo Xue Chao.
—¡Muchas gracias, hermano mayor! —Qiu changkong estaba eufórico.
