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Lu Ming sonrió amargamente. La evolución del linaje de los Nueve Dragones fue demasiado repentina y no pudo controlarla en absoluto.
Si fuera posible, nunca elegiría permitir que su linaje evolucionara en este momento.
—Retirada rápida y difunda esta noticia al Duque del Sur y a la familia imperial —dijo el jefe de la familia Mo a los grandes maestros marciales—. Este hombre es un monstruo. ¡Debe ser asesinado!
Un linaje que podía evolucionar era simplemente inaudito. Era demasiado impactante. Ya que eran enemigos, no podían dejar que tal persona viviera.
Eso era lo que pensaba el jefe de la familia Mo.
—¡Vamos! —gritó.
Había más de cien grandes maestros marciales, y todos se apresuraban en todas direcciones.
—Si ese es el caso, ¡entonces todos ustedes pueden quedarse! —murmuró Lu Ming, sus ojos exudando una aterradora intención asesina.
