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A dos mil li de distancia en la pradera, Ming Meng, Hua Ying y los demás esperaban ansiosamente.
—¿Por qué los generales no han vuelto después de tanto tiempo? ¿Habrá pasado algo? —Gao Li dijo con el ceño fruncido.
—No lo creo. Con tu cultivación, deberías poder escapar incluso si no puedes vencer a nadie por debajo del octavo nivel del reino del ancestro marcial —Huaying dijo.
Sin embargo, sus ojos estaban llenos de preocupación.
Desde que se sometieron completamente a Lu Ming, naturalmente pensaban en Lu Ming en todos los aspectos.
Ming Meng, Ming Cheng y el resto también estaban ansiosos mientras miraban en la dirección donde Lu Ming y los otros habían partido.
¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!
En ese momento, el suelo comenzó a retumbar como si miles de soldados y caballos estuvieran galopando.
La expresión de Ming Meng cambió repentinamente. Gritó:
