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Lu Ming estaba un poco sorprendido. No sabía por qué la joven se dirigía hacia el altar.
La joven se acercó al lado del altar y dio vueltas alrededor de él, examinándolo detenidamente.
A veces observaba con atención, otras veces fruncía el ceño pensativo, y luego sonreía.
Así, después de media hora, la chica comenzó a inscribir la inscripción.
Los delgados dedos de la joven comenzaron a moverse en el aire. Sus yemas contenían Qi verdadero, y al moverlos en el aire, aparecía un extraño patrón.
Esta era una inscripción, y la chica estaba inscribiendo una inscripción.
—¡Grabar runas en el aire, qué técnica tan brillante! —Lu Ming suspiró secretamente.
Aunque no sabía mucho sobre el Dao de la inscripción, todavía tenía algunos conocimientos básicos.
Generalmente hablando, no era posible para un gran maestro marcial grabar una inscripción en el aire.
Las inscripciones aparecían en el aire y volaban hacia el altar.