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—Hermana Mayor Mu Lan, ahora he ganado el primer lugar. ¡Puedo nombrar la recompensa como desee!
—Lu Ming evaluó a Mu Lan y sonrió.
La sonrisa en el rostro de Mu Lan desapareció al instante. Se puso nerviosa y se sonrojó mientras exclamaba:
—¡Lu Ming, tú... Tú... ¿Qué estás mirando? Eres tan joven y siempre estás pensando en cosas tan desvergonzadas!.
—¿Asuntos sin vergüenza? Hermana Mayor Mu Lan, ¿estás equivocada? Simplemente estoy pensando en qué tipo de recompensa debería obtener. ¿En qué estás pensando tú! —Lu Ming fingió no saber nada y dijo sorprendido, especialmente la última oración, que se alargó.
—Lu Ming... Tú... —Mu Lan estaba un poco abrumada.
—¡Je je! —Feng Wu se rió entre dientes. Ella había sufrido ese truco de Lu Ming antes.
—Entonces dime ahora, ¿qué recompensa quieres? —Mu Lan se obligó a permanecer tranquila mientras preguntaba.
—Bien, aún no lo he pensado. Te lo diré cuando lo piense. —Lu Ming sonrió.