—¡Tú... Tú... Tortuga pervertida! —La cara de la Hada Tan Xiang se puso roja, y mandó a volar a Dandan de un golpe.
Al lado, una mujer pura y etérea como Jing kongling también estaba algo sonrojada. Ella y el Hada Tan Xiang miraban a Lu Ming con expresiones extrañas.
—Lu Shaoqing, no esperaba que fueras así. ¡Has enseñado a tu mascota espiritual a ser de esta manera! —El Hada Tan Xiang miró a Lu Ming con severidad.
—Yo... Yo... —Las venas en la cara de Lu Ming latían. Se sentía agraviado.
Dandan no fue enseñado por él. Ese sujeto era un viejo zorro astuto.
Sin embargo, el Hada de Sándalo y la pura Espíritu del Vació claramente pensaban que Dandan era la mascota espiritual de Lu Ming. Además, parecía joven y debió ser enseñada por Lu Ming. Puesto que la mascota espiritual era tan pervertida, el maestro debía ser igual.
Lu Ming maldecía a Dandan cientos de veces en su corazón. Realmente estaba sin palabras.
Su reputación iba a ser arruinada por este sujeto.