—Padre, por favor, déjanos ir esta vez. ¡Soy tu hijo biológico!
—suplicó Xiao Hongyun.
—Abuelo, te lo ruego, déjame ir. No es mi culpa. Mi padre me dijo que lo hiciera. Sí, todo fue idea suya. ¡Fui obligado por él! —gritó y rogó Xiao Ning, echando toda la culpa a Xiao Hongyun.
—¡Canalla, cómo te atreves a difamarme? Si no fuera por el hecho de que podrías caer en gracia a Ling Yunkong, ¿habría hecho eso? —miró Xiao Hongyun a Xiao Ning con incredulidad y enfado.
—Tú fuiste quien me dio esta idea desde el principio. Fuiste tú quien me dijo que usara a Ah Lei y Ah Zhen. Por eso invité a Ling Yunkong a nuestra casa. Todo fue tu idea. Abuelo, si quieres matarlo, entonces mátalo. Yo soy inocente. Soy el último hombre en la familia Xiao. ¡Todavía quiero pasar el legado de la familia Xiao! —gritó desolado Ning.
—¡Animal, bestia, te mataré! —rugió Xiao Hongyun y se lanzó hacia Xiao Ning.