Melia, que estaba sentada en la cama con la cabeza sobre sus rodillas, de repente escuchó una voz, se giró y se dio cuenta de que Nux había entrado en su habitación.
Instantáneamente, su expresión cambió,
—¿Q-Qué haces aquí? —preguntó ella.
Nux, sin embargo, no respondió.
Simplemente entró, luego, se giró y cerró con llave la puerta por la que había entrado.
—Tú… ¿por qué cerraste la puerta? —preguntó Melia con el ceño fruncido.
Nux se giró y miró a Melia, luego, una sonrisa demoníaca apareció en su rostro.
Sin decir nada, Nux caminó hacia Melia.
—Nux, ¿qué estás planeando? —preguntó Melia con una mirada seria en su rostro.
Nux estaba extrañamente silencioso.
Eso no le gustaba.
Especialmente esa sonrisa en su rostro…
Coincidía con la sonrisa que tenía cuando estaba en su [Forma de Íncubo].
—Nux, te lo digo, te atacaré si haces algo estúpido —advirtió Melia.