—¿Qué es? —preguntó.
—Disculpe por molestar su sueño, Lady Evane, pero Sir Benjamin me dijo que le entregara esta carta. Me dijo que es un mensaje urgente que no puede ser retrasado.
Evane tomó la carta y asintió.
—Está bien, has hecho tu trabajo, puedes irte.
—Sí, Lady Evane.
El guardia asintió y se alejó rápidamente.
—Hmmm? ¿Por qué no atrapamos a ese guardia? —Felberta, que estaba sentada dentro de la habitación de Evane, preguntó con un ceño fruncido.
—No tiene sentido, ese hombre ni siquiera sabría lo que está escrito dentro de la carta, solo le ordenaron entregarla. No está involucrado en esto —respondió Ámbar.
—Ese guardia me pareció bastante sospechoso —habló Allura.
—La forma en que se alejó tan apresuradamente sí parecía sospechosa —comentó Felberta. Esa era la razón por la que había hablado de capturar al guardia en primer lugar.