—Nux, ¿puedes venir aquí? —Amaya solicitó con un tono solemne.
—¿Hmm? ¿Pasó algo? —Nux preguntó mientras se defendía del ataque combinado de Ámbar y Thyra.
—Sí. —Amaya asintió.
El rostro de Nux se volvió solemne.
—Está bien, estaré ahí en un momento. —Nux respondió, y al mismo tiempo, bloqueó la espada de Ámbar y luego atacó su pierna derecha.
Ámbar perdió el equilibrio y cayó al suelo. Sabiendo que sería imposible ganar si Ámbar estaba fuera, Thyra atacó desde atrás, intentando salvar a su compañera de equipo, sin embargo, Nux agarró su mano, la levantó y la estrelló contra el suelo justo al lado de Ámbar.
Luego, con sus manos, agarró sus cuellos, sin permitirles moverse.
Con el rostro cubierto de sudor, miró a las dos hermosas mujeres debajo de él y sonrió,
—Eso estuvo bien.
—¿Qué pasó? —Thyra preguntó.
Nux inclinó su cabeza, confundido.
—Nunca terminarías la pelea tan rápido. ¿Cómo aprovecharte de nosotras si haces eso? —Thyra explicó su razonamiento.