Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Nux al escuchar el informe de Edda.
—Je. Qué conveniente. —Nux murmuró para sus adentros y sonrió.
—Edda, has hecho un trabajo encantador, muchas gracias.
—Je. Estás equivocado si crees que con un gracias será suficiente.
—¿Ah? Entonces, ¿cómo te muestro mi agradecimiento, mi criada pervertida?
—Ahora que lo sabemos, mi misión aquí ha terminado —murmuró Edda.
—En efecto, ya no tenemos que preocuparnos por esa cosa nunca más. —Nux asintió, sin embargo, pronto entendió por qué Edda lo estaba diciendo en este momento.
Entonces, una gran sonrisa apareció en el rostro de Nux y preguntó con un tono muy suave,
—¿Qué tal si te muestro mi agradecimiento con una larga sesión nocturna, mi criada pervertida?
—Eso funcionaría... —Edda estuvo de acuerdo, de hecho, ella quería pedir más y poner sus condiciones más claramente, pero ante la voz suave de Nux, se olvidó de ello y asintió.
—Sin embargo, —de repente, Nux murmuró.
—¿Qué?