—¿Así que es un traficante de esclavos? —preguntó Jake, sentándose en un sofá.
—Sí —respondió el muchacho delgado distraídamente. Keg estaba arrodillado en el suelo con la mirada perdida en su rostro.
Aproximadamente media hora había pasado desde que Jake terminó follando a Bella y Ella.
Estaban dentro de una habitación de invitados en el segundo piso. Erin le estaba dando alcohol a su maestro, sentada a su lado. Acababa de regresar después de buscar burdeles por toda la ciudad.
—Hmm —Jake acarició su barbilla con los dedos y echó un vistazo al alcalde que estaba de pie detrás del vagabundo.
—Conozco a este Ragan, milord. Me ha sobornado varias veces —Lombard se puso derecho y dijo.
—Ya veo —Jake tomó un sorbo de cerveza de la copa que sostenía Erin.
—Ve a traerlo aquí. Debo saber qué planes tenía este traficante de esclavos para mis centauros —Jake ordenó, agitando su mano izquierda.