—¡Woohoo! ¡Estoy volando!
—¿Podrías dejar de gritar?
Por encima de los cielos del Cañón Saelther, dos pares de alas oscuras cortaban los vientos, dirigiéndose hacia la cercana ciudad portuaria.
Jake sostenía a Jasmín, quien estaba fascinada ya que este era su primer vuelo.
—Veo una torre. ¡Maestro, mira! —señalaba adelante como si fuera la única que tenía ojos.
—Sí, sí, buen trabajo —respondió Jake sin mucho entusiasmo y comenzó a descender.
A diferencia de ella, él podía ver a unos hombres abajo, cabalgando hacia Cheshire.
Fiona siguió su curso en cuanto lo vio retraer sus alas oscuras. Jake no las necesitaba para volar, pero le gustaba batir sus alas en el viento.
Junto con su esclava, él y Fiona aterrizaron en el suelo y comenzaron a caminar como gente común.
—¿Por qué aterrizamos aquí? ¿No eres algún demonio poderoso o algo así? —Jasmín le susurró mientras caminaban.